El histórico Acuerdo de París ofrece una oportunidad para que los países fortalezcan la respuesta a la amenaza del cambio climático al mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 2 ºC y, teniendo en cuenta los graves riesgos que entraña, en esforzarse por lograr que no sea superior a 1,5 ºC. El Acuerdo entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.
La ONU sigue alentando a todas las partes interesadas a tomar medidas para reducir los impactos del cambio climático.

Y si siguiéramos las directrices que nos marca el acuerdo estaríamos cumpliendo con lo solicitado y acordado pero… ¿es suficiente? Si reflexionamos un poco más sobre este tema añadiendo un componente crítico veríamos que la opción más «fácil» es cumplir con ello y descansar después. Nadie pone en duda que alcanzar los puntos del acuerdo suponen un gran esfuerzo por parte de tod@s aunque tampoco está falto de razón el pensar que quizá podamos hacer algo más.

El pasado 27 de febrero de 2017 tuvo lugar en Barcelona el IV Encuentro PLANETA RESPONSABLE , un foro de referencia de empresas y expertos comprometidos con la mejora del planeta a través de la innovación, la sostenibilidad y la RSC (responsabilidad social corporativa).

En dicho encuentro se debatieron temas de suma importancia de lo que se ha hecho hasta el momento en nombre de la sostenibilidad y la sociedad, extraemos si bien, hubo espacio para explicar qué es la Responsabilidad Social Corporativa ya que, según palabras de José Luis Blasco  “Las compañías no saben para qué realizan estrategias de responsabilidad corporativa y desarrollo sostenible”, en su ponencia Lecciones Aprendidas en la definición de estrategias de sostenibilidad corporativa y añadió: “La internacionalización, la reducción de deuda y la eficiencia en los costes parecen ser la estrategia común. Sin embargo, los objetivos que realmente merecen la pena son los transformadores de la realidad”,

El doctor Miguel-Clüsener-Godt, coordinador del programa MaB de la UNESCO, denunció que “los países no quieren ser laboratorios pero son paradigmas de economía y sociedades verdes”. “Las Reservas de la Biosfera siguen siendo vistas como una herramienta de política, pero no de política partidaria, sino que están por encima de todas las diferencias que existen en el mundo político”.

Conclusión, la Sostenibilidad es cosa de tod@s, si bien, también se destacó que la sobreexposición a impactos visuales y la saturación de mensajes a la que estamos diariamente expuestos, incide negativamente en el emisor de tales mensajes, produciéndose incluso un distanciamiento y desconexión emocional.  Se hace necesario buscar por qué se produce este fenómeno y redirigir las acciones para que las compañías vuelvan a ser relevantes en nuestras vidas y puedan sumar en positivo a través de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa de manera que una sociedad más concienciada trabaje por y para el bien común. Las estrategias a largo plazo tienen más probabilidades de éxito ya que “Trabajar en el largo plazo, significa trabajar sostenible” (José Luis Blasco)

Visto todo ésto y tras una breve reflexión, ¿ha cambiado nuestra visión?¿nos sigue pareciendo suficiente cumplir con lo recomendado?¿está en nuestras manos hacer algo más?¿dónde radican los grandes cambios? Sin duda los grandes logros nacen de pequeñas acciones mil veces repetidas, una vez por cada uno de nosotr@s. Formemos parte del cambio, seamos sostenibles:

La sostenibilidad se refiere, por definición, a la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social. De aquí nace la idea del desarrollo sostenible, como aquel modo de progreso que mantiene ese delicado equilibrio hoy, sin poner en peligro los recursos del mañana. De aquí podemos extraer varios conceptos más, como la definición de sostenibilidad ambiental, que es aquella que pone el acento en preservar la biodiversidad sin tener que renunciar al progreso económico y social; la sostenibilidad económica, que se encarga de que las actividades que buscan la sostenibilidad ambiental y social sean rentables, y la sostenibilidad social, que busca la cohesión de la población y una estabilidad de la misma.