Piedras, cochinilla, litófonos y otras leyendas. Guatiza ignota
Viaje a través del tiempo en las inmediaciones de Guatiza, que descansa a los pies del barranco de Tenegüime, declarado Paisaje Protegido en 1994 según la Ley de Espacios Naturales de Canarias (anteriormente fue Paraje Natural de Interés Nacional)
La Guatiza actual nada tiene que ver con la que fue, de hecho éste municipio históricamente célebre por la calidad de sus garbanzos y cochinilla, antes no estaba ni siquiera en el mismo lugar. Historiadores como Agustín de la Hoz hablaban de dos Guatizas: La de Santa Margarita (antigua) y la del Cristo de las Aguas (moderna). Descubra con un paseo de interpretación del territorio dónde estaba cada una enclavada y la rica historia que encierran.
La “piel” de Guatiza está cuajada de tuneras, donde se cultiva la cochinilla, un insecto del que se extrae el carmín, un excelente colorante utilizado tanto en tintes como en alimentación, también se encuentran vides, cebollas, higos y maíz. Además de todo ello, la historia envuelve este pueblo desde el volcán hasta la costa. Anímese a descubrir los Litófonos (conjuntos de grandes rocas naturales, generalmente fonolitas y basaltos que al golpearlas producen sonidos sorprendentes, uno de ellos en la Peña de Luis Cabrera.
Adéntrese en el mundo de la cosmogonía del lugar, descubra los petroglifos, los textos líbico-bereberes en piedra, recorra la vega de Guatiza hasta su costa para encontrarse con las Salinas, que desde el siglo pasado fueron enclaves indispensables para la conservación del pescado ya que no se utilizaba el hielo.
Como Quijotes al uso, pueden dejarse llevar por el lugar y su energía disfrutando de la historia en todas sus formas, descubran aljibes y molinos, de los observatorios de la montaña de Guenia, sin duda un paisaje sagrado de Lanzarote.
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